martes, 12 de marzo de 2024

Heces fecales y depresión

 


  La microbiota humana es el conjunto de microbios que viven en nuestro organismo. En la última entrada del blog nos centramos en los microorganismos que viven en vagina y útero. Ahora siguiendo con la misma temática nos centraremos en los que habitan nuestro intestino, especialmente en los del colon. Las últimas décadas se ha investigado bastante sobre el tema y se ha comprobado que nos protegen de microbios patógenos, también se han encontrado relaciones con funciones metabólicas, etc. por tanto, se ha descubierto que los desequilibrios en estas comunidades influyen en diferentes enfermedades como la obesidad, la diabetes, etc.

Depresión y trasplantes fecales

  Lo más llamativo quizás sea que además se ha encontrado relación con enfermedades del Sistema Nervioso Central como el Párkinson, el autismo o la depresión, por ejemplo, en este último caso se ha observado menor cantidad de bifidobacterias y lactobacilos. La relación comentada se llama eje microbiota intestino-cerebro e implica al nervio vago (el nervio craneal más largo), al eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, etc.

  En trabajos con ratones se ha observado que el trasplante de microbiota fecal de ratones deprimidos provoca depresión en ratones no deprimidos previamente. La investigación ha llevado a observar que nuestra microbiota libera sustancias como la serotonina, dopamina, GABA, etc. que afectan al funcionamiento del Sistema nervioso. Algunos estudios se han centrado en los diversos efectos del uso de probióticos, esto es alimentos y/o bebidas que contienen microbios que equilibran nuestra flora intestinal.

  En este sentido resulta muy interesante el estudio de Emiko Aizawa y sus colegas que comprobaron lo citado anteriormente al estimar las poblaciones de lactobacilos y bifidobacterias en las heces fecales de pacientes con trastorno depresivo. Por tanto, los mismos autores del estudio concluyen que debe estudiarse el uso de pro y prebióticos en el tratamiento del trastorno depresivo.

  Desde hace años somos conscientes que tras los tratamientos con antibióticos debemos esforzarnos en que nuestra flora intestinal se recupere cuanto antes. Siendo aconsejable el consumo de yogur, kéfir, kombucha, etc.  

  Un saludo

Notas:

-          E. Aizawa et al., 2016. Possible association of Bifidobacterium and Lactobacillus in the gut microbiota of patients with major depressive disorder. J. Affect. Disord. 202, 254-257.

lunes, 19 de febrero de 2024

Los microbios del aparato reproductor femenino

 


  La microbiota vaginal ha sido un área de investigación durante décadas. Nos referimos a la comunidad de microorganismos que colonizan la vagina de las mujeres. Estos microbios pueden incluir bacterias, hongos y otros microorganismos. La composición de esta microbiota puede variar entre mujeres y puede influir en la salud vaginal y reproductiva.

  Diversos estudios han identificado que la microbiota vaginal está dominada por diversas especies bacterianas, siendo las del género Lactobacillus las más comunes. Estas bacterias son importantes para mantener un ambiente vaginal saludable produciendo ácido láctico, que ayuda a mantener un pH vaginal ácido previniendo así la proliferación de muchos patógenos. No obstante, la composición de la microbiota vaginal puede variar entre mujeres y puede verse influenciada por factores como la edad, el estado hormonal, la dieta, el estilo de vida y la salud en general. Por supuesto, la microbiota vaginal juega un papel crucial en la salud reproductiva y general de las mujeres. Un desequilibrio en la microbiota vaginal, esto es, una disbiosis, se ha asociado con diversos problemas de salud, como vaginosis bacteriana, infecciones por levaduras, infecciones de transmisión sexual y complicaciones durante el embarazo, que pueden desencadenar partos prematuros y/o la ruptura prematura de membranas. Además, el uso de antibióticos, anticonceptivos, duchas vaginales, la menstruación y el embarazo pueden influir en la composición y la salud de la microbiota vaginal.

El útero no es totalmente aséptico

  Sin embargo, la información disponible sobre la microbiota
uterina es bastante escasa. Parece mentira que se haya estudiado
tanto el microbioma vaginal y tan poco el uterino, esto se debe a
que existía la idea generalizada (y errónea) de que el útero es un
 entorno aséptico o estéril ya que no se consideraba colonizado por
 microbios. Ciertamente, durante buena parte del ciclo menstrual
 el cuello uterino actúa como una barrera que dificulta la colonización
 de microorganismos y el moco cervical contribuye a esta asepsia.
 En la actualidad se sabe que el útero hospeda del orden de 10000 veces
 menos microbios que la vagina, pero alberga unos cuantos. De hecho,
 en un estudio de la Universidad de Granada publicado el 2021, en el 
que se analizaron secuencias de RNA con enfoque metatranscriptómico,
 se identificaron nada más y nada menos que 5326 microorganismos
 (bacterias, arqueas, hongos y virus) en el endometrio de mujeres sanas,
 con lo cual la idea generalizada del útero aséptico debe ser desechada.
 Lo correcto es considerarlo más aséptico que la vagina. Además se ha
 comprobado que la composición varía a lo largo del ciclo menstrual lo que
 apunta a que los cambios hormonales le afectan de algún modo. Los más
 abundantes fueron Klebsiella pneumoniae, Clostridium botulinum,
 Pasteurella multocida e Hydrogenophaga sp. 

  Y por último, comentar que en el estudio mencionado se ha descubierto que durante la implantación del embrión hay microorganismos que producen prostanoides y triptófano que son muy importantes para que se establezca el embarazo durante la fase receptiva. De hecho, se sugiere que la disfunción microbiana podría alterar las vías metabólicas más importantes para la receptividad endometrial.

Un saludo

Nota: Mapping the entire functionally active endometrial microbiota.Alberto Sola Leyva et al. Human Reproduction, vol. 36, i 4, Abril 2021

lunes, 15 de enero de 2024

Cyclura cychlura, la iguana insular caribeña con diabetes


  Hace años solía ir los fines de semana a tomar un par de cervezas a un bar de copas en el que tenían un terrario con iguanas, recuerdo cómo el dueño le daba calabacín y otras verduras para su alimentación. El caso es que cerraron el bar hace muchos años y no puedo recordar qué especie de iguana era y al recordar esta iguana me he acordado de otra historia sobre iguanas que dejo para el final, una vez comentada la biología de la especie.

  Las iguanas de roca de las Bahamas, género Cyclura son un grupo de reptiles endémicos de varias islas del Caribe, en concreto de los archipiélagos Andros y Exuma, que presentan gran diversidad morfológica, ecológica y genética. Estas iguanas también se caracterizan por tener dieta herbívora, alta longevidad y baja tasa reproductiva, lo que las hace vulnerables a las alteraciones de su entorno. Entre las especies de este género Cyclura que se distribuye por diferentes islas del Caribe, una de las menos estudiadas es precisamente Cyclura cychlura. Esta especie se divide en tres subespecies o razas: C. c. cychlura, C. c. figginsi y C. c. inornata, que difieren en tamaño, coloración y distribución geográfica.

  El objetivo de esta entrada es divulgar el estado actual del conocimiento sobre la ecología, la conservación y la adaptación de esta bonita iguana. Se que hay gente a la que las iguanas les parecen feas, pero ya se sabe que para gustos los colores.

Ecología

  La iguana de roca de las Bahamas es terrestre, diurna y se refugia en grietas y cuevas de las formaciones rocosas de las islas. Su dieta se compone principalmente de hojas, flores y frutos de plantas nativas e introducidas, aunque ocasionalmente puede consumir insectos, crustáceos y carroña. Su actividad se ve influenciada por la temperatura, la humedad y la estación del año, siendo más activa en los meses de verano y menos en los de invierno. Su área de acción varía entre media y cinco hectáreas, dependiendo de la disponibilidad de recursos y la densidad de individuos. Su comportamiento social incluye la formación de grupos, la defensa territorial, la comunicación mediante señales visuales, auditivas y químicas, y el establecimiento de cierta jerarquía.

 La reproducción de Cyclura cychlura ocurre entre abril y junio, coincidiendo con el inicio de la estación lluviosa. Las hembras ponen entre 2 y 12 huevos, que incuban en nidos subterráneos durante unos 80 días. Los juveniles emergen entre agosto y octubre, y alcanzan la madurez sexual entre los 3 y los 5 años de edad. La esperanza de vida de esta especie se estima en unos 25 años.

Estado de conservación

  Esta iguana se encuentra en peligro de extinción debido a la combinación de factores naturales y antrópicos que afectan a su población y a su hábitat. Entre los factores naturales se encuentran los eventos climáticos extremos, como huracanes, sequías e inundaciones, que pueden provocar mortalidad, desplazamiento o estrés en los individuos, así como la degradación o la fragmentación de su hábitat. Entre los factores antrópicos como no podía ser de otro modo destacan la caza furtiva, el comercio ilegal de animales, la introducción de especies exóticas, véase perros, gatos, cerdos, ratas, cabras, etc. que compiten, depredan o transmiten enfermedades a las iguanas, y el desarrollo turístico y urbano, que implica la pérdida, la alteración o la contaminación de su frágil hábitat.

  Es cierto que para protegerlas se han implementado diversas medidas de conservación, tanto in situ como ex situ. Entre las medidas in situ se encuentran la creación de áreas protegidas, la educación ambiental, el seguimiento poblacional, el control de especies exóticas en su hábitat, la restauración de su hábitat y la aplicación de la legislación existente. Entre las medidas ex situ se encuentran la reproducción en cautiverio, la reintroducción, la translocación y la investigación científica. Sin embargo, estas medidas se quedan cortas para garantizar la viabilidad a largo plazo de esta especie, por lo que se requiere un mayor esfuerzo y cooperación entre los diferentes actores involucrados en la conservación de la especie.

Adaptación

  Cyclura cychlura presenta una serie de adaptaciones morfológicas, fisiológicas y etológicas que le permiten sobrevivir en las condiciones ambientales de las islas. Entre las adaptaciones morfológicas se encuentran su coloración críptica, que le ayuda a camuflarse entre las rocas, su cola espinosa, que le sirve para defenderse de los depredadores, y sus garras y escamas, que le facilitan el agarre y la termorregulación. Entre las adaptaciones fisiológicas se encuentran su capacidad de almacenar grasa en la papada, que le proporciona una reserva de energía y agua, su tolerancia a la deshidratación y a la salinidad, que le permite consumir agua de mar y orinar sales, y su resistencia a las infecciones, que le protege de los patógenos. Entre las adaptaciones etológicas se encuentran el uso de refugios, que le ofrece protección y aislamiento térmico, su selección de alimentos, que le aporta nutrientes y antioxidantes, y su termorregulación conductual, que le permite mantener una temperatura óptima.

  Además de estas adaptaciones, la iguana de roca muestra una gran variabilidad genética, tanto intraespecífica como interespecífica, que le confiere una notable capacidad de respuesta a los cambios ambientales. La variabilidad intraespecífica se refleja en la diferenciación de las tres subespecies, que presentan distintos marcadores moleculares, morfométricos y ecológicos. La variabilidad interespecífica se manifiesta principalmente por la hibridación con otras especies del género Cyclura, como C. rileyi o C. nubila, que produce individuos fértiles y viables, con características intermedias o novedosas.

  Diabetes turística

   Por último, volvemos al principio para cerrar la entrada, esto es, la historia que me vino a la mente al recordar a la iguana del comienzo de la entrada. Resulta que en los paseos ecoturistas que se realizan por las Bahamas se alimenta a estos reptiles con uvas. Los simpáticos ecoturistas acuden a las islas e islotes en lanchas, cargados de racimos de uvas como si fuesen a celebrar el fin de año al son de las campanadas o a comerse unas migas manchegas, pero no. Lo que hacen es usarlas como reclamo para que las iguanas se acercen a comer las uvas y de ese modo poder fotografiarlas plácidamente. Tras un interesante estudio científico se ha descubierto que Cyclura cychlura en las zonas visitadas por turistas tiene niveles de azúcar en sangre más elevados que las poblaciones a las que no visitan los ecoturistas, los investigadores creen que puede tratarse de diabetes. De hecho este cambio dietético hace que sean más grandes y pesadas afectando también a la consistencia de las heces. Supongo que hay que buscar el equilibrio que permita que las visitas ecoturistas ayuden a la conservación de la especie sin perjudicar la salud y la ecología de la iguana.

  Un saludo

 - Nota: ¡No alimentar a lasiguanas! Es malo para su diabetes.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Entradas más populares